La bloguera invitada de hoy es Erin Westgate, psicóloga social y profesora asistente de psicología en la Universidad de Florida. Puedes seguirla en Twitter @ErinWestgate.
¿Cómo hago para que los niños presten atención en clase?
Cuando estaba en 5º grado, competí ferozmente con mi compañero de clase Travis. No ganar carreras de multiplicación o salir en la cima en ortografía. En cambio, ignorábamos a nuestro maestro para centrarnos en nuestra verdadera pasión: diseñar planes cada vez más elaborados para la trampa para ratones perfecta.
Estábamos lejos de ser los únicos estudiantes aburridos que encontraban formas de ocupar el tiempo de maneras que nuestros maestros no siempre apreciaban. La escuela puede ser un lugar particularmente aburrido para los estudiantes. Por ejemplo, los estudiantes de secundaria informan estar significativamente más aburridos en la escuela (32 por ciento) que en casa (23 por ciento). Tales sentimientos pueden atrapar a los estudiantes; a los estudiantes aburridos no solo les va peor, sino que un rendimiento deficiente puede llevar a los estudiantes a sentirse aún más aburridos en el futuro.
Cuando vemos un comportamiento «malo», es tentador culpar a la persona. Pero los estudiantes aburridos no son malos estudiantes. Casi el 80 por ciento del aburrimiento se debe a las situaciones en las que nos encontramos, no a quiénes somos como individuos. El aburrimiento nos alerta de que lo que estamos haciendo no tiene sentido o de que tenemos problemas para prestar atención. Y hace lo mismo con nuestros estudiantes.
En pequeñas dosis, el aburrimiento es una advertencia saludable de que algo está mal en nuestro entorno, de la misma manera que el dolor nos alerta de que algo está mal en nuestro cuerpo. El desafío para los educadores no es arreglar el aburrimiento, sino prevenirlo en primer lugar. Estas son algunas formas de evitar el aburrimiento mientras enseñas:
Llama a la dificultad. Si las actividades son demasiado difíciles o demasiado fáciles, los estudiantes pueden tener dificultades para prestar atención. Si bien puede parecer obvio que las cosas fáciles pueden ser aburridas, también lo pueden ser los desafíos demasiado difíciles. Un estudiante que proclama, «Estoy aburrido» en realidad puede estar luchando. El andamiaje de conceptos difíciles y la provisión de tareas individualizadas ayudan a los estudiantes a aprender a calibrar.
Hazlo significativo. Incluso cuando se presentan desafíos apropiados, los estudiantes pueden sentirse aburridos si no les importa. El significado es subjetivo; no hay bien o mal. Más bien, proviene de sentir que lo que estás haciendo es valioso, tiene sentido y tiene un propósito. La investigación muestra que ayudar a los estudiantes a establecer conexiones entre los materiales de la clase y sus propios objetivos personales, por ejemplo, puede aumentar el interés y el rendimiento.
Gamify lecciones. Muchas estrategias de enseñanza divertidas replantean las actividades para hacerlas más significativas, más desafiantes o ambas (por ej., convertir las sesiones de revisión en un «juego», agregar límites de tiempo a la «carrera» en contra). Y tenga en cuenta que todos tenemos problemas para prestar atención cuando estamos hambrientos, cansados o preocupados por asuntos urgentes.
El aburrimiento en el aula, o en cualquier lugar, se debe a la falta de significado y atención. En lugar de descartarlo o buscar soluciones fáciles, podemos usar el aburrimiento de los estudiantes como retroalimentación útil para lo que funciona (y no funciona) en nuestras clases.