Hay muchas discusiones sobre la confiabilidad interobservador de este sistema de clasificación. Diferentes estudios han mostrado una confiabilidad entre observadores de aproximadamente 60% (que varía de 42 a 92%), lo que representa una concordancia de baja a moderada en la clasificación de la escala entre los profesionales de la salud. Esto se debe a que gran parte de los criterios están en riesgo de errores de observador, y es una responsabilidad conocida de este sistema de escalado. Sin embargo, esta clasificación es simple y, por lo tanto, fácil de usar, y generalmente es capaz de predecir los desenlaces pronósticos y guiar los regímenes de tratamiento. En general, cuanto mayor es la clasificación de la clasificación de Gustillo, mayor es la tasa de infección y complicaciones; cualquier clasificación de la clasificación de Guisilo debe interpretarse con precaución debido a errores del observador antes de que se realicen planes terapéuticos definitivos.
Aunque este sistema de clasificación tiene una capacidad bastante buena para predecir los resultados de las fracturas, no es perfecto. La clasificación de Gustillo no tiene en cuenta la viabilidad y muerte de los tejidos blandos a lo largo del tiempo, lo que puede afectar el resultado de la lesión. Además, el número de enfermedades médicas subyacentes del paciente también afecta el resultado. También es cuestionable si el momento del desbridamiento de la herida, la cobertura de tejidos blandos y el hueso tienen algún beneficio en el resultado. Además, diferentes tipos de huesos tienen diferentes tasas de infección porque están cubiertos por diferentes cantidades de tejidos blandos. Gustilo inicialmente no recomienda el cierre temprano de la herida y la fijación temprana para fracturas de grado III. Sin embargo, estudios más recientes han demostrado que el cierre temprano de la herida y la fijación temprana reducen las tasas de infección, promueven la curación de fracturas y la restauración temprana de la función. Por lo tanto, la evaluación de todas las fracturas abiertas debe incluir el mecanismo de lesión, la apariencia de los tejidos blandos, los niveles probables de contaminación bacteriana y las características específicas de las fracturas. La evaluación precisa de la fractura solo se puede realizar dentro de un quirófano.
Para fines de pronóstico más completos, se han ideado otros sistemas de clasificación, como el Perfil de Impacto de la Enfermedad (como medida del estado de salud), la Puntuación de Gravedad de la Extremidad Mutilada (MESS) y el Índice de Rescate de una Extremidad (LSI) (decisión de amputar o salvar una extremidad).