Aún así, la vulnerabilidad no es para los débiles de corazón. Se requiere una enorme cantidad de coraje para compartir cosas personales sobre ti mismo, permitirte ser completamente visto y exponerte. Los beneficios, sin embargo, valen la pena el riesgo, por lo que estábamos ansiosos por aprender más sobre cómo podemos aprender a ser más vulnerables en nuestras vidas y los pasos reales para hacerlo. Siga leyendo para obtener consejos de un par de expertos, además de los beneficios de ser vulnerable y algunos ejemplos tangibles de cómo puede verse IRL.
Los beneficios de ser vulnerable
Por aterrador e incómodo que sea, ¿por qué ser vulnerable? Bueno, viene con muchos beneficios. Por un lado, la vulnerabilidad no te hace débil, te hace más fuerte. «La vulnerabilidad es una paradoja porque cuanto más vulnerable te permitas ser, más poderoso te sentirás», dice Karen Anderson, entrenadora de vida certificada y autora de Difficult Mothers, Adult Daughters. «Cuando ya no tienes miedo de lo que pensarán los demás, estás más dispuesto a mostrarte en todas las formas que hay para hacer eso: en las relaciones, en tu carrera, con tu arte y creatividad, con tu exuberancia y corazón.»
En segundo lugar, la vulnerabilidad puede llevar tus relaciones a otro nivel. «Cuando eres fiel a lo que eres, eso crea una ola de energía amorosa para todos los que te rodean», dice Kristine Fredheim, médium y asesora espiritual. «Inspira a las personas a sentirse seguras para expresar su amor. «Cuando todos nos sintamos seguros, amaremos más profundamente y esto realmente puede tener un gran impacto en el mundo.»
Anderson agrega que la vulnerabilidad también ayuda a aumentar la interdependencia saludable y disminuir la codependencia en las relaciones, así como a expandir su capacidad para sentir y experimentar niveles más profundos de compasión e intimidad.
Los ejemplos de vulnerabilidad
La vulnerabilidad se verá diferente para todos, pero aquí hay algunos ejemplos comunes que Anderson compartió:
- Decirle a otros cuando han hecho algo para molestarte.
- Compartir con alguien algo personal sobre ti mismo que normalmente guardarías.
- Tener la voluntad de sentir orgullo o vergüenza.
- Comunicarse con alguien con quien no ha hablado en mucho tiempo y con quien le gustaría volver a conectarse.
- Establecer límites con amor y compasión versus desde un lugar de culpa.
- Exponerse y arriesgarse al rechazo.
Cómo volverse más vulnerable
1. Define la vulnerabilidad por ti mismo
Como punto de partida en tu viaje de vulnerabilidad, Anderson sugiere profundizar y aclarar lo que significa la vulnerabilidad para ti. Pregúntate a ti mismo: ¿Cómo sería para mí ser más vulnerable? También señala que es importante examinar el papel que desempeñó la vulnerabilidad en su familia al crecer (es decir, tal vez se vio como una debilidad) porque podría estar afectando la forma en que se relaciona con la vulnerabilidad ahora. Esta es tu oportunidad de redefinirla por ti mismo.
2. Con el fin de ser capaz de expresarse y ser vulnerable, primero necesita conocerse y comprenderse realmente a sí mismo en un nivel más profundo. Para hacer esto, Fredheim sugiere hacer cosas que lo ayuden a conectarse con su estado natural, ya sea yoga, escuchar música, escribir o meditar. «Encontrar un lugar seguro en el que puedas anclarte a diario es muy importante», dice. «A veces esto es todo lo que necesitamos para sentirnos cómodos en nuestra vulnerabilidad y llevarlo con nosotros a donde quiera que vayamos.»
3. Hablar contigo mismo en el espejo
Dar una charla motivadora en el espejo puede sentirse un poco extraño e incómodo al principio, pero oye, ¿no es de eso de lo que se trata ser vulnerable? Esta es una práctica poderosa que Fredheim recomienda para ayudarte a abrirte y fortalecer tus relaciones. «Si podemos enfrentarnos a nosotros mismos con amor y compasión, podemos dárselo a los demás fácilmente», dice.
4. Familiarízate con la sensación de vulnerabilidad
Si ser vulnerable es totalmente nuevo para ti, Anderson sugiere primero familiarizarte con cómo se siente la vulnerabilidad para ti. «Esto no es un ejercicio intelectual», dice. «Se trata de notar cómo se siente en tu cuerpo. En realidad, siente tus sentimientos, especialmente los incómodos, en lugar de evitarlos o adormecerlos. A medida que te acostumbras a las sensaciones, aumentas tu capacidad de vulnerabilidad.»
5. Empujarse fuera de su zona de confort
Ser vulnerable por definición requiere que haga o diga algo que lo empuje fuera del borde de su zona de confort. Es por eso que Fredheim recomienda desafiarse a sí mismo a hacer cosas que nunca ha hecho antes, como inscribirse en una clase de baile o una clase de teatro. «Esto le ayudará a salir de su zona de confort para aprender sobre la sensación de vulnerabilidad en un entorno seguro», dice.
Anderson agrega que simplemente cambiar su comportamiento también puede ser una forma de expandir su umbral de vulnerabilidad. Por ejemplo, si tiene tendencia a ponerse a la defensiva, la próxima vez que sienta que surge, respire hondo y responda de manera diferente. O, digamos que normalmente se abstiene de expresar cuánto se preocupa por alguien, se desafía a sí mismo a decirle esas cosas. «Sabrás que estás aumentando tu capacidad de vulnerabilidad cuando notes las sensaciones físicas en tu cuerpo que podrían indicarte que no hagas estas cosas, pero eliges seguir adelante y hacerlas de todos modos», dice Anderson.
6. Comparte tu verdad
En su esencia, la vulnerabilidad consiste en expresar tu verdad, cualquiera que sea, dice Fredheim. Comparte cuánto amas y aprecias a las personas en tu vida. Comparte cómo te sientes. Comparte tus logros y orgullo. Y no solo compartas las cosas buenas tampoco. ¿Te sientes avergonzado o inseguro? Divulgue esa información a personas de confianza también.
7. Asumir la responsabilidad de tus pensamientos
Al igual que es importante asumir la responsabilidad de nuestras acciones, también es clave que seamos dueños de nuestros pensamientos y emociones en lugar de culparlos a algo o a alguien fuera de nosotros mismos. «Cuando estás dispuesto a asumir la responsabilidad de esta manera, se abre cualquier defensa que puedas tener», dice Anderson. «Estás dispuesto a dejar que otros vean todo lo que eres. Te muestra lo impotente que una vez creíste que eras y al mismo tiempo te muestra lo poderoso que realmente eres.»
8. Práctica, práctica, práctica
Por último, como cualquier otra cosa, volverse más vulnerable requiere práctica. «Solo tienes que salir a la calle y, finalmente, el miedo al rechazo se desvanecerá», dice Fredheim. «Comenzarás a construir una relación sólida con esta práctica en la que se vuelve más y más natural para ti seguir a tu propio corazón.»
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