Resumen
La palabra «choque» se usa muy ampliamente en la experiencia común. Uno se sorprende por un evento inesperado; una víctima herida entra en shock; y uno golpea un material enfriándolo repentinamente. Una «onda de choque» es una transición repentina en las propiedades de un medio fluido, que implica una diferencia en la velocidad de flujo a través de una transición estrecha (idealmente, abrupta). En física de alta densidad de energía, casi cualquier experimento involucra al menos una onda de choque. Estas ondas de choque pueden producirse aplicando presión sobre una superficie o creando una colisión entre dos materiales. En astrofísica, casi todos los eventos repentinos producen una onda de choque. Sin embargo, en la experiencia común uno encuentra muy pocas ondas de choque. Escuchamos truenos después de rayos, que es una consecuencia a largo plazo de la onda de choque producida por el canal de rayos, pero como veremos a continuación, uno esperaría nunca experimentar directamente esta onda de choque. La mayoría de nosotros oímos estampidos sónicos con poca frecuencia, pero son la única onda de choque de origen humano que normalmente encontramos.