Los cofres, en la historia de la humanidad, han existido desde que alguien tuvo la brillante idea de tapar una caja. ¡Qué inteligente! Durante mucho tiempo, en muchos lugares, un cofre era el único mueble de una casa, utilizado no solo como almacenamiento, sino como lugar para sentarse e incluso para dormir. No eran muy cómodos, pero al menos te mantenían alejado del suelo frío y de los insectos.
Muchos de los primeros cofres estaban hechos de troncos ahuecados, pero la revista Fine Woodworking señala que esta no es una muy buena manera de construir un mueble: tiende a agrietarse con bastante facilidad con el peso. No fue hasta la edad Media que la seguridad se convirtió en una consideración más importante en el diseño del pecho, y la gente comenzó a hacer bordes de metal.
Poco después, los cofres se diversificaron en todo tipo de categorías: «cofres» para almacenar objetos de valor, «baúles» para viajar, «casones» en la Italia renacentista para llevar los bienes de dote en una ceremonia de matrimonio. En el mundo árabe, un «muqaddimah» contenía las posesiones personales de una novia, mientras que en Ucrania los cofres eran una valiosa reliquia, un indicador de la riqueza de una familia campesina.
A medida que las habilidades de carpintería mejoraron a lo largo de los siglos, los cofres comenzaron a complicarse cada vez más. Primero, se instaló un cajón debajo del compartimento principal, luego se reemplazó todo el compartimento principal por cajones, por lo que el mueble moderno se llama «cómoda». ¡Apuesto a que no te diste cuenta de que había tanto que saber sobre cofres!