Estabilidad hemodinámica es el término utilizado para describir el flujo sanguíneo estable. Cuando se dice que una persona está hemodinámicamente estable, significa que la presión arterial y la frecuencia cardíaca de esa persona están estables.
Como su nombre indica, la inestabilidad hemodinámica significa la inestabilidad de la presión arterial, que puede conducir a un flujo sanguíneo inadecuado a los órganos. Cuando esto sucede, una persona necesita apoyo fisiológico y mecánico para una entrada y salida cardiacas adecuadas. Los parámetros hemodinámicos anormales significan latidos cardíacos irregulares, presión arterial, gasto cardíaco, presión nerviosa central y presión arterial pulmonar.
Síntomas
Algunos signos comunes de inestabilidad hemodinámica incluyen dificultad para respirar, disminución de la producción de orina, congestión pulmonar, frecuencia cardíaca anormal, hipotensión, conciencia alternativa y dolor torácico.
Diagnóstico de inestabilidad hemodinámica
Al igual que cualquier otro diagnóstico, esta afección también necesita intervención médica para ser diagnosticada. Si no se detectan a tiempo, en algunos casos pueden producirse complicaciones como hemorragia, trombosis, embolia pulmonar y espasmo arterial. Uno de los primeros signos de inestabilidad hemodinámica es la frecuencia del pulso. Cualquier alteración en el pulso puede ser la indicación inicial de que el paciente está desarrollando la afección. Mientras que muchos otros factores pueden influir en el pulso, como la fiebre, el ejercicio, los medicamentos y las hormonas tiroideas. Una frecuencia de pulso alta es a menudo un signo de altos niveles de catecolaminas endógenas, deshidratación o pérdida de sangre, dice un estudio realizado por la Evaluación Clínica de Pacientes Hemodinámicamente Inestables y publicado en el Centro Nacional de Información Biotecnológica (NCBI).La medición de la presión arterial y la presión arterial media son los indicadores apropiados que muestran inestabilidad. La presión arterial adecuada es importante para regular el flujo sanguíneo en órganos vitales como el cerebro y los riñones. Los pacientes críticos deben ser monitorizados continuamente.