El pie con Cavus es una afección que involucra un arco anormalmente alto en el pie. Al caminar o pararse, esta afección coloca más peso de lo normal en la pelota y el talón del pie, lo que causa dolor e inestabilidad, entre otros síntomas. El pie cavo afecta por igual a personas de todas las edades, de todos los orígenes, y puede aparecer en uno o ambos pies. Los pies arqueados altos son menos comunes que los pies planos, pero es más probable que causen dolor y otros problemas.
El pie cavo ocurre comúnmente como resultado de una afección médica o neurológica subyacente, como la poliomielitis, la distrofia muscular o la parálisis cerebral. El pie cavo también puede ocurrir como resultado de defectos congénitos. Pueden ser heredados de uno de los padres, o pueden ser el resultado de una afección ortopédica o una enfermedad de los nervios o músculos.
El pie cavo se identifica típicamente por un arco alto que se nota al estar de pie. Los síntomas adicionales pueden incluir dedos en martillo, dedos en garra, inestabilidad en los pies, dolor al caminar o estar de pie o callos en el talón, la pelota o un lado del pie. En algunos casos, las personas con pie cavo también pueden sufrir de caída del pie, lo que hace que los afectados arrastren los pies al caminar. En comparación con un pie normalmente arqueado, los arcos altos hacen que se ejerza más presión sobre los metatarsos (los huesos de la parte delantera del pie). Con el tiempo, esto puede provocar dolor, debilidad y fatiga en los pies. Los arcos altos también acortan los pies, lo que puede dificultar que una persona encuentre zapatos que le queden bien. Las personas con arcos altos pueden necesitar zapatos ortopédicos especiales o insertos para apoyo.
Para diagnosticar el pie cavus, su médico le examinará el pie y revisará su historial médico. En la mayoría de los casos, su pie se someterá a pruebas musculares y se evaluará su patrón de marcha. Para proporcionar un diagnóstico más preciso, también se pueden hacer radiografías en ciertos casos.
El tratamiento para el pie cavo varía según la gravedad de su afección. Los casos leves de pie cavo a menudo se pueden remediar con refuerzos para pies y tobillos, aparatos ortopédicos hechos a medida o el uso de zapatos más cómodos. Si su afección sigue sin responder a los métodos de tratamiento mencionados anteriormente, puede ser necesario un tratamiento quirúrgico. La cirugía para el pie cavo tiene como objetivo aliviar el dolor y mejorar la estabilidad.
Deformidad del pie de Cavovarus
Una deformidad del pie de cavovarus generalmente aparece durante la infancia. El arco es muy alto y el talón inclinado hacia adentro. Ambos pies a menudo se ven afectados y la desalineación empeora gradualmente con el tiempo. Dolor, callos, esguinces de tobillo y fracturas por estrés son resultados comunes de la deformidad del pie de cavovarus. La afección puede ser un signo de un trastorno neurológico o enfermedad dental de Charcot-Marie, que pueden afectar los nervios y debilitar los músculos de los pies.
Inicialmente, si la deformidad del pie de cavovarus es leve, el tratamiento recomendado suele ser ortopédico para redistribuir el peso y la presión en el pie. Sin embargo, la mayoría de los casos de deformidad del pie de cavovaro eventualmente requieren corrección quirúrgica. La técnica quirúrgica elegida varía según la gravedad del caso y la edad del niño, pero a menudo se realiza una osteotomía para reposicionar los huesos del pie y realinear los tendones y ligamentos.