Los sueños a menudo pueden ser experiencias confusas y borrosas. El pensamiento crítico reducido, el poco o ningún acceso a nuestros verdaderos recuerdos y el aumento de la impulsividad y las emociones durante los estados normales de sueño a menudo crean momentos de rascado en la cabeza cuando nuestros ojos se abren por primera vez en la mañana.
Pero los sueños no siempre se desarrollan de esta manera. Más de la mitad de nosotros hemos experimentado al menos una vez en su vida la conciencia de soñar en el momento y, en algunos casos, la capacidad de dirigir un sueño como un Steven Spielberg soñoliento. Casi una cuarta parte de nosotros reporta sueños lúcidos una vez al mes o más.
Dos cambios clave en el cerebro parecen ser los responsables de estos estados. La corteza frontotemporal, que controla nuestras capacidades cognitivas superiores y se inhibe durante los sueños normales, muestra una mayor activación durante los sueños lúcidos. Los investigadores también observan un aumento en las ondas gamma, la activación sincronizada por grupos de neuronas a una frecuencia implicada con la conciencia consciente y las funciones ejecutivas, como la acción voluntaria y la toma de decisiones.
Los científicos están interesados en cómo influir en el cerebro para que entre en estos estados, y no solo por diversión. Esperan que el sueño lúcido proporcione una visión valiosa de cómo se forma la conciencia, además de ser de uso práctico en muchos entornos.
Por ejemplo, la terapia de sueños lúcidos tiene un gran potencial como tratamiento para quienes padecen pesadillas crónicas y Síndrome de Estrés Postraumático (TEPT). Las personas con trastorno de estrés postraumático generalmente experimentan pesadillas recurrentes que generalmente se centran en un solo evento traumático. Estas pesadillas recurrentes son tan aterradoras que causan ansiedad, insomnio y trastornos del sueño, lo que afecta negativamente el funcionamiento diurno. Con lucidez, los que sufren pesadillas pueden darse cuenta de que lo que están experimentando no es real y, posteriormente, convertir la pesadilla en un sueño positivo o neutral.