fuerza centrípeta y fuerza centrífuga

fuerza centrípeta y fuerza centrífuga, par de fuerzas de acción y reacción asociado con movimiento circular. De acuerdo con la primera ley de movimiento de Newton, un cuerpo en movimiento viaja a lo largo de un camino recto con velocidad constante (es decir, tiene velocidad constante) a menos que sea actuado por una fuerza externa. Para que se produzca un movimiento circular, debe haber una fuerza constante que actúe sobre un cuerpo, empujándolo hacia el centro de la trayectoria circular. Esta fuerza es la fuerza centrípeta (que busca el centro). Para un planeta que orbita el sol, la fuerza es gravitacional; para un objeto girado en una cuerda, la fuerza es mecánica; para un electrón que orbita un átomo, es eléctrica. La magnitud F de la fuerza centrípeta es igual a la masa m del cuerpo por su velocidad al cuadrado v?2 dividido por el radio r de su trayectoria: F = mv2 / r. De acuerdo con la tercera ley de movimiento de Newton, para cada acción hay una reacción igual y opuesta. La fuerza centrípeta, la acción, se equilibra con una fuerza de reacción, la fuerza centrífuga (que huye del centro). Las dos fuerzas son iguales en magnitud y opuestas en dirección. La fuerza centrífuga no actúan sobre el cuerpo en movimiento; la única fuerza que actúa sobre el cuerpo en movimiento es la fuerza centrípeta. La fuerza centrífuga actúa sobre la fuente de la fuerza centrípeta para desplazarla radialmente del centro de la trayectoria. Por lo tanto, al girar una masa en una cuerda, la fuerza centrípeta transmitida por la cuerda tira de la masa para mantenerla en su trayectoria circular, mientras que la fuerza centrífuga transmitida por la cuerda tira hacia afuera en su punto de unión en el centro de la trayectoria. La fuerza centrífuga a menudo se cree erróneamente que causa que un cuerpo salga volando de su trayectoria circular cuando se libera; más bien, es la eliminación de la fuerza centrípeta la que permite que el cuerpo viaje en línea recta como lo requiere la primera ley de Newton. Si de hecho hubiera una fuerza que actuara para forzar al cuerpo a salir de su trayectoria circular, su trayectoria cuando se liberara no sería el curso tangencial recto que siempre se observa.

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