Explicación de las amenazas de la Tundra

Las tundras se encuentran entre los biomas más fríos y duros del mundo, con temperaturas extremas y escasas precipitaciones. Pero estos ambientes en el Ártico y en las montañas están lejos de ser invulnerables, mostrando sensibilidad a las perturbaciones humanas y al cambio climático.Hogar de animales como zorros árticos (Vulpes lagopus), osos polares (Ursus maritimus), lobos grises (Canis lupus), caribúes (Rangifer tarandus), gansos de las nieves (Anser caerulescens) y bueyes almizcleros (Ovibos moschatus), la tundra ártica está cambiando de formas amplias y algo impredecibles a medida que aumentan las temperaturas promedio mundiales. Su base subyacente de suelo congelado y materia vegetal, llamada permafrost, se está descongelando. Eso está convirtiendo la tundra en una fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, ya que los microbios del suelo convierten el carbono en dióxido de carbono y metano. La tundra también tarda en repararse a sí misma de perturbaciones físicas, como huellas de neumáticos de vehículos pesados.
Cambio climático
Un clima más cálido podría cambiar radicalmente los paisajes de la tundra y las especies que pueden vivir en ellos. El calentamiento crea bucles de retroalimentación potenciales que fomentan una mayor desestabilización de los ecosistemas de tundra. La liberación de metano del permafrost deteriorado, por ejemplo, alimenta el ciclo de descongelación, mientras que las temperaturas más altas impulsan el crecimiento de arbustos, lo que puede cambiar la temperatura del suelo e impedir que la nieve refleje el calor.Los arbustos prósperos también desplazan el liquen, una importante fuente de alimento para el caribú y otros animales. Las tundras más cálidas también podrían ver un mayor riesgo de incendios forestales y sequías: los científicos han documentado una desaparición significativa de lagos en el oeste de Groenlandia entre 1969 y 2017.La contaminación del aire afecta a los ambientes de la tundra de diferentes maneras. Un estudio reciente encontró que las nubes árticas son particularmente sensibles a la contaminación del aire, que estimula la formación de nubes y tiene un efecto de cobertura. El carbono negro de los motores diesel, los incendios y otros tipos de combustión puede asentarse en la nieve, disminuyendo su capacidad de reflejar la luz solar y causando un derretimiento más rápido.Los productos químicos utilizados en refrigerantes y aerosoles han impulsado el agotamiento del ozono en los polos Norte y Sur, lo que puede permitir la entrada de rayos ultravioleta más fuertes. Y el mercurio tóxico, enviado a la atmósfera por la quema de carbón y la actividad industrial, se está acumulando en la tundra ártica, amenazando tanto a los seres humanos como a los animales que viven en la región. La contaminación del aire también puede dañar o matar la importante fuente de alimento del liquen.
Actividad industrial
Las industrias del petróleo, el gas y la minería pueden perturbar los frágiles hábitats de la tundra. La perforación de pozos puede descongelar el permafrost, mientras que los vehículos pesados y la construcción de tuberías pueden dañar el suelo e impedir que regrese la vegetación. Esta actividad también aumenta el riesgo de derrames tóxicos. Las pruebas sísmicas para operaciones de petróleo y gas en la década de 1980 dejaron huellas en la tundra que aún son visibles décadas después.
Especies invasoras y migratorias
El cambio climático está reduciendo las poblaciones de algunos nativos de la tundra ártica, como el caribú (también conocido como reno), al fomentar un aumento de parásitos y enfermedades, al tiempo que daña las fuentes de alimentos. Pero otras especies, como los arbustos y la araña lobo (Lycosidae spp.), están prosperando.El zorro rojo (Vulpes vulpes), que se encuentra típicamente más al sur, se mueve hacia el norte hacia la tundra y compite con el zorro ártico por comida y territorio. Aunque pocas especies invasoras aún no han arraigado en el Ártico, el cambio climático aumenta el riesgo de que esto ocurra. Y la actividad humana, tanto cercana como lejana, puede cambiar el equilibrio: a medida que los gansos de la nieve han aprendido a alimentarse en tierras de cultivo en lugar de en la naturaleza en sus rutas de migración, su número explosivo ha amenazado con degradar sus sitios de anidación de tundra.
Soluciones
Reducir la contaminación dañina que calienta el planeta al alejarse de los combustibles fósiles es clave para salvaguardar los hábitats de la tundra de la Tierra. Otras medidas incluyen la creación de refugios y protecciones para ciertas especies y regiones, al tiempo que limitan o prohíben la actividad industrial. El Consejo Ártico, un foro intergubernamental de países árticos, también ha establecido un grupo de trabajo para estudiar y prevenir la propagación de especies invasoras en la región.

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