El diagnóstico de enfermería, deterioro de la memoria, en ancianos hospitalizados

ARTÍCULO ORIGINAL

El diagnóstico de enfermería, deterioro de la memoria, en ancianos hospitalizados*

Priscilla Alfradique de SouzaI; Rosimere Ferreira SantanaII

Escuela de Enfermería IAurora de Afonso Costa, Universidad Federal Fluminense – UFF – Río de Janeiro (RJ), Brasil
Departamento de Enfermería Médico-Quirúrgica de la Escuela Aurora de Afonso Costa Enfermería, Universidad Federal Fluminense – UFF – Río de Janeiro (RJ), Brasil

Autor para correspondencia

RESUMEN

OBJETIVO: Identificar y analizar el diagnóstico de enfermería de Memoria Deteriorada (MI) en ancianos hospitalizados.MÉTODOS: Se realizó un estudio cuantitativo, exploratorio, utilizando un protocolo de investigación, que condujo a la identificación del diagnóstico de enfermería, Memoria Deteriorada, en 61 ancianos internados en un hospital universitario del estado de Río de Janeiro.RESULTADOS: Entre estos ancianos, 24 (39,4%) presentaron MI; el 50% de estos ancianos eran mujeres, el 33,3% tenían entre 71 y 75 años y el 45,8% habían completado la educación primaria. El estudio identificó 125 características definidoras, siendo la característica principal: olvida realizar un comportamiento a una hora programada. Se identificaron un total de 54 factores relacionados, siendo el factor primario (50%): desequilibrio de líquidos y electrolitos.CONCLUSIÓN: La necesidad de enfermeras capacitadas que anticipen los riesgos que desencadenan los ingresos es necesaria para la identificación precisa de los diagnósticos de enfermería en el entorno hospitalario. Es especialmente importante que los enfermeros sean capaces de identificar la pérdida de memoria y evaluar el mantenimiento de la capacidad funcional, con miras a la rehabilitación después del alta y la promoción de un tratamiento holístico para esos pacientes.

palabras clave: Demencia; Diagnóstico de enfermería; Enfermería geriátrica; Memoria; Salud de los ancianos

INTRODUCCIÓN

Durante el proceso de envejecimiento, pueden ocurrir pérdidas y cambios importantes en el organismo, especialmente en los sistemas: nervioso central, respiratorio, musculoesquelético y cardiovascular, sin embargo, estos pueden o no estar relacionados con los signos y síntomas constitutivos de las condiciones patológicas(1-3). En términos de Gerontología, las pérdidas se vuelven patológicas cuando se producen como pérdidas de capacidad funcional, es decir, de autonomía e independencia (1,3-4). Entre estas enfermedades, los síndromes de demencia ocupan un lugar destacado, ya que conducen a una pérdida progresiva de la capacidad funcional(5-6). Se pueden esperar dos condiciones principales de demencia, las reversibles, en las que todavía es posible prevenir o interrumpir el curso de la enfermedad e incluso revertir la condición, también conocida como tratable; y un segundo tipo, llamado irreversible, sin prevención y con un curso progresivo inexorable(7-9).

Considerando el creciente número de ancianos hospitalizados, con tasas de casi el 50% de la ocupación diaria de camas de hospital, los síndromes de demencia constituyen una causa importante de hospitalización en personas mayores de 60 años(5). Estas pueden presentarse como causas primarias, cuando un individuo es hospitalizado debido a un déficit en la nutrición debido a disfagia, por ejemplo; o como secundarias, como en el tratamiento de la neumonía causada por un proceso disfágico durante un largo período(3-4,7). Una persona mayor considerada frágil, o que presenta un riesgo de desarrollar afecciones adversas o síndromes geriátricos, a menudo tiene múltiples problemas de salud. Por lo tanto, la enfermedad en la etapa aguda o crónica puede ser el resultado de varios factores patológicos en lugar de una sola causa(1,4). Los síndromes geriátricos, es decir, los problemas causados por múltiples factores etiológicos, deben ser evaluados frecuentemente por enfermeras con un equipo multidisciplinario, buscando la prevención y promoción de la atención a las 5 ‘I’s de la geriatría: inmovilidad, inestabilidad, complicaciones iatrogénicas, impedimentos intelectuales e incontinencia(4). Así, la complejidad del cuidado geriátrico y sobre todo lo relevante para los síndromes geriátricos, como el síndrome de demencia y la consecuente pérdida de memoria y cognición, resaltan la necesidad de investigar la presencia del diagnóstico de enfermería Memoria Deteriorada en ancianos hospitalizados.

A partir de esto, se construyó el problema de investigación: ¿Cuál es la incidencia del diagnóstico de enfermería Deterioro de la Memoria en ancianos hospitalizados? Con los objetivos: Identificar el diagnóstico de enfermería Memoria Deteriorada (NDIM) en ancianos internados en las salas de medicina interna y cirugía de un hospital universitario del estado de Río de Janeiro; Clasificar las características definidoras presentes en el NDIM para la aplicación del protocolo con los individuos hospitalizados; Verificar los principales factores relacionados presentes en el NDIM encontrados mediante la búsqueda de la evidencia documental.

La memoria deteriorada es, por definición, la incapacidad de recordar o de recordar piezas de información o habilidades conductuales. Sus características definitorias (DCs) son: olvidarse de realizar una acción en el momento planeado; experiencias de olvido, incapacidad para aprender y retener nuevas habilidades e información; incapacidad para determinar si se realizó una acción; incapacidad para realizar una habilidad previamente aprendida; incapacidad para recordar información objetiva. Los factores relacionados son anemia, disminución del gasto cardíaco, desequilibrio de líquidos y electrolitos, trastornos ambientales excesivos, trastornos neurológicos e hipoxia(10). Así, en la búsqueda de identificar el diagnóstico de enfermería en el ambiente hospitalario, el objetivo fue contribuir para la formación de conocimientos y prácticas que ayuden a los enfermeros a anticipar y minimizar los riesgos desencadenados por la hospitalización en la población de ancianos, especialmente la pérdida de memoria y el mantenimiento de las actividades cotidianas en los ancianos en el proceso agudo, para que puedan rehabilitarse después del alta y promover el cuidado integrado.

MÉTODOS

Este estudio exploratorio cuantitativo fue desarrollado con 61 pacientes ancianos internados en el Hospital Universitario Antônio Pedro, de la Universidad Federal Fluminense (HUAP / UFF), ubicado en Niterói – Río de Janeiro, en el sector médico-quirúrgico interno. Inicialmente, con el fin de resaltar el DCs del NDIM y debido a la necesidad de validar, en el ambiente hospitalario, la aplicabilidad de las pruebas: Miniexamen del Estado Mental( MMSE), Escala de Depresión Geriátrica (GDS), Escala de Actividades Instrumentales de Lawton para la Vida Diaria (IADL) y Escala de Actividades de la Vida Diaria de Katz (ADL). Instrumentos utilizados internacionalmente en el cuidado de la salud de las personas mayores(11-13). Se llevó a cabo una prueba piloto que dio lugar a la creación de un protocolo para la identificación del NDIM. Para estandarizar el análisis de los datos y los resultados a obtener, se necesitó una correlación previa entre el DCs y las pruebas aplicadas, con el fin de desarrollar un protocolo. Posteriormente, con el fin de mejorar la comprensión de los ítems y analizar la correlación de los instrumentos de evaluación cognitiva con el DCs del DE en estudio, el protocolo del NDIM fue evaluado por cinco expertos en sistematización de la asistencia de enfermería y salud del anciano, quienes emitieron una opinión favorable para su uso.

La recolección de datos fue realizada en agosto de 2007, del registro de admisión de ancianos en las salas de medicina interna y cirugía. Así, la selección de los participantes ocurrió por muestreo aleatorio simple. Constituido a partir de los siguientes criterios de inclusión: personas mayores de 60 años, capaces de expresarse verbalmente y con los criterios de exclusión: condiciones clínicas potencialmente mortales y sin tutor legal. Se aplicó un tratamiento estadístico analítico descriptivo simple y variado a los gráficos con valores absolutos y / o porcentajes. El proyecto de investigación fue aprobado por el Comité de Ética en Investigación del Centro de Ciencias Médicas de la UFF, CAAE nº. 0041.0.258.000-07 de acuerdo con la Resolución nº. 196/96 del Consejo Nacional de Salud del Ministerio de Salud. Los términos de consentimiento libre e informado previo fueron firmados por los responsables legales de los ancianos participantes del estudio.

RESULTADOS

Características sociodemográficas

Durante el período de recolección de datos, 123 ancianos fueron hospitalizados en las salas estudiadas y el instrumento de recolección de datos fue administrado a 61 ancianos, aproximadamente el 50% de la muestra. El resultado es relevante porque presenta un valor considerable en un rango de edad particular de la clientela que está en constante crecimiento. De los 61 protocolos aplicados, se concluyó que 24, o 39.el 4% de los pacientes ancianos presentaron el NDIM, compuesto por 12 (50%) mujeres y 12 (50%) hombres, que requirieron cuidados de enfermería específicos y especializados para la promoción de cuidados efectivos. En cuanto a la homogeneidad del NDIM por sexo, su presencia se estableció al azar y solo con estudios de prevalencia es posible aclarar la existencia de un riesgo aumentado para uno de los géneros.

Los datos de la Tabla 1 muestran las principales características sociodemográficas y los principales resultados de las escalas y pruebas. Las edades oscilaron entre 60 y 92 años, predominantemente entre 71 y 75 años con (33,3%) de los participantes. En relación al nivel de escolaridad, 11 (45,8%) de los participantes tenían educación elemental incompleta. En cuanto a las escalas y pruebas utilizadas, a partir de la aplicación del Mini Examen del Estado Mental (MMSE), se identificó una relación entre los síntomas de deterioro cognitivo de los pacientes ancianos y los resultados encontrados en el NDIM. El MMSE, una prueba de detección para el diagnóstico de demencia, ayuda al evaluador a estimar cuantitativamente el deterioro cognitivo de los pacientes(12-13). Los puntos de corte, según el nivel educativo, son: 13 puntos para analfabetos, 18 para un nivel de escolaridad promedio (hasta 8 años de educación formal) y 26 para individuos con un nivel de escolaridad más alto (más de 8 años)(12-13).

Así, 11 (45,8%) participantes obtuvieron menos de 13 puntos (deterioro cognitivo grave), nueve (37,5%) presentaron deterioro cognitivo leve y solo cuatro (16).7%) los pacientes de edad avanzada no presentaban deterioro cognitivo. De acuerdo con los datos presentados, debería ser posible establecer una relación entre los pacientes ancianos con niveles máximos de escolaridad con educación básica completa (80%) y aquellos con valores inferiores a 18 puntos en el EMM (83%). Así, el bajo nivel de escolaridad ayuda a la comprensión del grado de deterioro cognitivo existente en la mayoría de los participantes evidenciados, con una media de cinco DCs por cada paciente anciano (Figura 1). Estos datos confirman estudios previos sobre la presencia de múltiples deterioros cognitivos en pacientes ancianos del hospital, la identificación frecuente de más de un DC por individuo, y también destaca la complejidad de la atención ofrecida(4,9). Los pacientes ancianos también fueron evaluados utilizando la escala IADL, que estima la dependencia en las actividades instrumentales de la vida diaria, clasificando como independientes aquellos con valores superiores a 21 puntos y dependientes aquellos con valores inferiores a 21 puntos(13). Con respecto a los participantes con NDIM y la relación entre el género y los valores medios de la AIDL, tanto mujeres como hombres demostraron dependencia. Sin embargo, los hombres tuvieron puntuaciones más bajas, lo que sugiere un mayor grado de dependencia en el desempeño de la AIDL. Así, se observó que el promedio de puntuación de IADL entre los hombres fue de 9 puntos, y entre las mujeres, de 12 puntos. El resultado indica un déficit en la población masculina un 25% mayor que en la femenina. En cuanto a los resultados de la escala de evaluación de la AVD del grado de dependencia de los pacientes ancianos en la realización de actividades de la vida diaria, se determinó que, conforme a la progresión de las letras, el paciente anciano será más dependiente(6-7,13). En relación con el género y las estimaciones de la AVD, no hubo participantes masculinos con el resultado » A » (totalmente independientes), pero 3 (25%) mujeres de edad avanzada presentaron este perfil(13). En la Figura 1 se puede observar el DCs. En tercera posición, con 18 pacientes de edad avanzada (75%), estaba DC1 – incapacidad para recordar eventos pasados o recientes, esta DC se analizó a partir de la prueba MMSE, IADL, ADL y reloj. Dieciséis (66,7%) tenían DC3: incapacidad para aprender nuevas habilidades, incapacidad para aprender nueva información, incapacidad para retener nuevas habilidades, incapacidad para retener nueva información. Estas características fueron identificadas a partir de la realización del MMSE, a partir de las pruebas de registro, lenguaje, recuerdo de memoria y recuerdo de palabras.

Con DC5-incapacidad para determinar si se tomó una acción, se identificaron 15 individuos (62,5%). Esta característica se evidenció a partir de la aplicación de la escala IADL y también de la escala ADL. En cuanto a la DC6-incapacidad para realizar habilidades previamente aprendidas, esta se presentó en 14 ancianos (58,3%). Este DC evalúa la capacidad del motor, la ejecución de comandos y la escritura. El análisis de DC6 se realizó a través de la prueba del reloj, la memoria de palabras y el dibujo de un pentágono. En cuanto a la DC4-experiencias de olvido-se encontró en seis pacientes ancianos (25%) que relataron tal percepción cuando se les preguntó específicamente sobre el funcionamiento de la memoria y también presentaron resultados relevantes (una puntuación mayor o igual a 5 puntos) en la evaluación utilizando la Escala de Depresión Geriátrica (GDS) (14). La GDS, escala de evaluación que ayuda en la identificación de casos sugestivos de depresión, constituye un diferencial para evitar confusiones entre condiciones de demencia y depresión. Los resultados de 5 a 7 deben ser investigados y por encima de 7 indican probable depresión (14). Aunque no se diagnostica como depresión clínica, su incidencia varía entre el 10% y el 25% en los ancianos que viven en la comunidad, entre el 12% y el 16% en los ancianos residentes en instituciones de atención a largo plazo y más del 20% al 30% en los residentes institucionales con síntomas depresivos(7,9,14-15).

Entre los DCs identificados, 24 (100%) pacientes presentaron DC7 – olvido de realizar una acción en un momento planificado, observado en base a las escalas de ADL y IADL. En segundo lugar, con 21 (87.9%), DC2 – incapacidad para recordar información objetiva, fue más incidente, identificado a partir de las pruebas de lenguaje, atención, cálculo, dibujo y reloj. La distribución de al menos cinco o más enfermedades crónicas(9,15). Como es el caso de los ECd, los factores relacionados (FR) también tienen la posibilidad de más de una ocurrencia de FR por participante del estudio. Así, se encontraron 54 factores relacionados en los 24 pacientes ancianos con MNDIM, o 2,2 SSr para cada paciente anciano. El más frecuente fue el RF1, desequilibrio de líquidos y electrolitos, encontrado en la mitad de los individuos, conforme a los datos de la Figura 2 que muestra la distribución de la FR.

Por lo tanto, se observaron RF2 y RF3, alteraciones neurológicas y alteraciones ambientales excesivas frecuentes, respectivamente, en diez participantes (41,7%). Cabe destacar que del total de pacientes ancianos con MNDIM, cinco (20,8%) tenían un diagnóstico de accidente vascular cerebral y cuatro (16,7%) un diagnóstico de enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, solo dos de los pacientes ancianos presentaron los diagnósticos primarios descritos anteriormente como el principal motivo de hospitalización. El tercer FR más prevalente identificado fue el FR4, anemia, en 9 (37,5%) de los pacientes ancianos. La disminución del gasto cardíaco, RF6, se encontró en 8 (33%) de los pacientes ancianos, constituyendo una de las principales causas de mortalidad entre los ancianos en Brasil.

DISCUSIÓN

Al realizar un análisis simple, se concluyó que en un período de 30 días, cada día, al menos cuatro nuevos ancianos fueron hospitalizados en las salas estudiadas, corroborando estudios en los que se encontró que las tasas de hospitalización de pacientes mayores de 80 años eran de cuatro a cinco veces mayores que las del grupo de 40 a 49 años(11,15). Esta situación exige cuidados de enfermería específicos y especializados para la promoción de cuidados eficaces.

Se ha observado que la prevalencia de demencia aumenta exponencialmente con la edad, duplicándose aproximadamente cada cinco años, desde los 60 años de edad hasta los 93 años de edad. Además, con el aumento de la edad, cada cinco años, las tasas se triplicaron hasta los 63 años, se duplicaron entre los 64 y los 75 años y aumentaron una vez y media alrededor de los 84 años(1 a 3). Estudios que compararon la prevalencia e incidencia de síndromes de demencia realizados en dos poblaciones de residentes de Boston, EE.UU., obtuvieron resultados que no fueron significativamente diferentes entre hombres y mujeres(8-9). Por lo tanto, un mayor número de mujeres con síndrome de demencia podría ser causado por la mayor esperanza de vida de las mujeres y no por un factor específico vinculado al género. Para esta afirmación, se necesitarán estudios adicionales que aclaren la influencia del género en las tasas de prevalencia. A partir de los resultados de la escala de AVD, se observó que la gran mayoría de los pacientes ancianos permanecen totalmente dependientes. Al analizar el porcentaje de varones ancianos, se observó mayor porcentaje de individuos totalmente dependientes.

En Brasil, la puntuación del MMSE validado varía de 0 a 30 puntos y tiene, como ayuda en su clasificación de resultados, el nivel de escolaridad(5-8). Así, el porcentaje de pacientes ancianos con MNDIM que presentaron bajos niveles de escolaridad y puntuación por debajo de 18 en la EMM son muy cercanos (aproximadamente el 80%), lo que justifica la identificación de una relación directa entre la capacidad de reserva cognitiva y el nivel de escolaridad(11-12). La alta prevalencia de DC7, olvidando realizar una acción en el momento previsto, está relacionada con puntuaciones bajas en las escalas de ADL y IADL, la prueba de reloj y los informes de los participantes y cuidadores. Estos datos refuerzan la relación del proceso de hospitalización y su influencia en la capacidad funcional de los ancianos. En cuanto a DC2-déficit de registro de información fáctica – hay una serie de factores causales. Entre estos, se pueden considerar el proceso de desorientación, deterioro de la memoria y de las funciones cognitivas por las que pasan los ancianos institucionalizados, reacciones adversas, iatrogenisis, dependencia desarrollada durante la hospitalización y falta de estímulos ambientales.

Los riesgos potenciales (caídas, infecciones, incontinencia, úlceras por presión, deshidratación, delirio, inmovilidad, depresión) pueden interferir directamente en el deterioro de la memoria, y el deterioro de la memoria puede exacerbar estos riesgos, como se ve en la Figura 3. Como consecuencia de estas complicaciones, la hospitalización de los ancianos puede ocurrir a través del proceso de exacerbación de una condición crónica. Con esto, el enfermero debe ser capaz de identificar la causa de las complicaciones que pueden presentarse como problemas secundarios a las causas primarias.

La incapacidad de recordar eventos – DC1-se relacionó con la memoria a corto plazo, ya que es uno de los primeros sitios de almacenamiento de información en sufrir daños. En consecuencia, se manifiestan signos de pérdida de memoria y/o alguna alteración cognitiva ya instalada, que puede ser causada por una demencia reversible o irreversible. Los países en desarrollo señalaron que la incapacidad para aprender nuevas aptitudes, aprender nueva información, retener nuevas aptitudes y retener nueva información puede contribuir a retrasar la realización de las actividades cotidianas. Aunque la capacidad de registrar información, atención y concentración disminuye, la capacidad de aprender se mantiene. Por lo tanto, existe la necesidad de una evaluación precisa por parte de la enfermera para evitar mitos y estereotipos del envejecimiento.

Los pacientes ancianos con deterioro cognitivo en estadio avanzado, hospitalizados por la condición de reducción del estímulo ambiental, tienden a tener una exacerbación de la enfermedad, aumentando, en consecuencia, sus grados de dependencia(6-7,13). Así, la DC5, correspondiente a la incapacidad para determinar si se realizó una acción, estaba presente en la mayoría de los individuos como una dependencia considerable en la realización de sus actividades diarias. Las experiencias de olvido-DC4, pueden presentar relaciones con el inicio de la condición de depresión en el anciano, un trastorno complejo, con diferentes manifestaciones. Aunque los episodios depresivos pueden haber sido un problema a lo largo de la vida del individuo, no es raro que este trastorno sea un problema nuevo en la vejez. Se puede asociar a factores biopsicosociales y socioculturales, y otras variables(6,14). Por lo tanto, es importante que los enfermeros desarrollen una evaluación cuidadosa para aumentar la precisión diagnóstica en la identificación correcta de las diversas quejas de deterioro cognitivo.

En los pacientes deprimidos, las quejas de memoria se presentan con más frecuencia en comparación con los pacientes con síndrome de demencia, pero pueden ser detalladas, incluso sin cooperación y voluntad(12,14). Sin embargo, en la demencia, no hay queja, y cuando ocurre, se lleva a cabo sin la posibilidad de detallar. En la depresión, hay pérdida de sociabilidad, mientras que en la demencia este proceso se mantiene inicialmente, especialmente en la fase temprana (5-7).

El bajo número de enfermedades identificadas en los ancianos y, consecuentemente, de SSr, pone de relieve una cuestión importante que puede ocurrir en el ambiente hospitalario, la prestación de cuidados apenas al factor de hospitalización,

o sea, la queja principal, por ser la condición patológica más evidente. Es necesario un enfoque holístico que aborde al individuo en su contexto fisiopatológico, social y psicológico, asegurando una atención de calidad. La prevalencia de RF1-desequilibrio de líquidos y electrolitos, puede explicarse por la capacidad de presentarse como potencializador del deterioro cognitivo crónico y del desarrollo de afecciones agudas. La aparición repentina de confusión puede ser el primer síntoma de deshidratación o una alteración de la función física, causada, por ejemplo, por neumonía, infección del tracto urinario o deshidratación(5-6).

La disminución del gasto cardíaco (RF6) se produce sin causa específica, sin embargo, se puede prevenir. Los trastornos neurológicos, RF2, tienen como causa principal el aumento del riesgo de déficit de irrigación cerebral, lo que provoca lesiones perjudiciales para las funciones cognitivas. El tabaquismo, la obesidad, el manejo ineficaz del estrés, el colesterol alto y la hipertensión constituyen los principales factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades neurovasculares(1-3, 5). La anemia (RF4) también se encontró en pacientes con deterioro cognitivo. Por lo tanto, se necesitaron exámenes para ayudar a identificar el diagnóstico diferencial, como: bioquímico, investigación sobre deficiencias de vitamina B12 y trastornos hepáticos, ya que estos factores pueden confundir a la clínica y superponerse sobre el proceso degenerativo primario, lo que conduce a pérdidas cognitivas, como déficit de concentración o lentitud de movimiento, generalmente secundarias a la demencia(4). En relación a la RF5, hipoxia, es importante señalar que, durante la oxigenoterapia, la retención de dióxido de carbono puede desencadenar narcosis de dióxido de carbono en ancianos, una complicación grave, que presenta condiciones que van desde confusión, agitación, hipotensión, insuficiencia circulatoria hasta depresión cerebral, que puede progresar a somnolencia o coma(1,4). Por lo tanto, esta terapia debe usarse con prudencia, monitoreando los gases sanguíneos y observando a los ancianos y sus síntomas clínicos.

CONCLUSIÓN

La identificación de 24 pacientes de edad avanzada (39.4%) con MDE en las salas de medicina interna y cirugía, que representa aproximadamente el 20% de la clientela de ancianos de este sitio, destaca la necesidad de capacitación de profesionales para la evaluación multidimensional del anciano hospitalizado y su red de cuidados. El protocolo desarrollado ha contribuido en gran medida a la identificación de los DCs relacionados con la evidencia de deterioro cognitivo presentada en las pruebas y escalas utilizadas. Su validación previa proporcionó mayor seguridad y aplicabilidad al estudio, además de indicar la posibilidad de su implementación en el ambiente hospitalario y la efectividad del uso de las pruebas para el cliente hospitalizado, fomentando el desarrollo de la precisión diagnóstica y reduciendo las posibilidades de desarrollar un diagnóstico de enfermería inexacto.

Durante la aplicación del protocolo, se encontraron enfermedades asociadas no registradas en las historias clínicas, que podrían estar asociadas con el bajo número de SLr identificadas, evidenciando una tendencia en el cuidado de la queja primaria de hospitalización, disminuyendo las posibilidades de atención a las diferentes respuestas presentadas por ancianos con síndrome geriátrico. A partir de la clasificación de 125 DC presentes en el NDIM, se puede inferir su alta frecuencia en pacientes ancianos hospitalizados, con un promedio de cinco en cada diagnóstico realizado. Es decir, los individuos presentan más de una característica evidenciadora del NDIM, justificando la complejidad del cuidado del paciente anciano con diagnóstico de deterioro de la memoria, así como la necesidad de desarrollar habilidades y competencias en dicha evaluación diagnóstica. Por lo tanto, la identificación del diagnóstico de enfermería indica la necesidad de formular un plan de medidas intervencionistas, utilizando técnicas mnemotécnicas, capacitación de cuidadores y comunicación terapéutica, contribuyendo para el cuidado integral y la promoción de la calidad de vida, autonomía e independencia del anciano.

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