en cierto modo, Dom João VI (1769-1826) previó la independencia de Brasil y prefirió que, independientemente, el reino de esta parte americana se quedara con su hijo para quedarse con algún aventurero. Don João dijo a Don Pedro (1798-1834):»Pedro, si Brasil se separa, es por ti que me respetarás más que por cualquiera de estos aventureros».dom João VI se despidió el 24 de abril de 1821 con un beso solemne. Dos días después, el rey se marchó de Río de Janeiro, llevando consigo a su familia y a unas tres mil personas.
Dom Pedro asumió la Regencia en una grave crisis económica, mientras que en Lisboa, las Cortes continuaron su trabajo orientado a la recolonización de Brasil. El desempeño de los representantes de Brasil en los tribunales-en menor número que los de Portugal – no fue suficiente para cambiar las determinaciones, contra Brasil, de la mayoría portuguesa. Las cortes también exigieron el regreso del príncipe, alegando la necesidad de completar su educación en Europa «para un día ocupar dignamente el trono portugués». Los partidarios de la Independencia se movieron para impedir el regreso de Don Pedro, a pesar de las promesas del Príncipe a su padre de que cumpliría las órdenes de Lisboa.
el 9 de enero de 1822, una petición firmada por Dom Pedro para su permanencia fue entregada solemnemente a Dom Pedro quien, ante tal manifestación, accedió a permanecer en Brasil, pronunciando una declaración bastante conciliadora: «Convencido de que la presencia de mi persona en Brasil es de interés para el bien de toda la nación portuguesa, y convencido de que la voluntad de algunas provincias así lo requiere, retrasaré mi partida hasta que las Cortes y mi Augusto padre deliberen al respecto con conocimiento de las circunstancias que han ocurrido». Al día siguiente, como respuesta oficial y definitiva, se emitió una declaración de Don Pedro: «como es para el bien de todos y la felicidad general de la nación, estoy listo: dile al pueblo que me quedo». El 9 de enero de 1822 fue marcado definitivamente en la historia de Brasil como el»día FICO».
otra importante contribución a la independencia fue hecha por la Masonería. Fue a sugerencia de la masonería que el Senado de la Cámara ofreció a Don Pedro el título de «protector y defensor perpetuo de Brasil». En una carta a su padre, el Príncipe relató lo sucedido y añadió: «Me siento honrado y orgulloso del título que me ha conferido este pueblo leal y generoso, pero no puedo aceptarlo tal como se me ofrece. Brasil no necesita protección de nadie, se protege a sí mismo. Aceito, porém o título de Defensor Perpétuo e juro mostrar-me digno dele enquanto uma gota de sangue correr nas minhas veias».