Desarrollo emocional

Desarrollo Emocional

El desarrollo emocional se refiere a la capacidad de reconocer, expresar y manejar los sentimientos en diferentes etapas de la vida y de tener empatía por los sentimientos de los demás.1 El desarrollo de estas emociones, que incluyen emociones positivas y negativas, se ve afectado en gran medida por las relaciones con los padres, hermanos y compañeros.2

Los bebés de entre seis y diez semanas comienzan a mostrar emoción con una sonrisa social acompañada de acciones y sonidos que representan placer. La sonrisa social se desarrolla en respuesta a las sonrisas e interacciones de los cuidadores. Alrededor de tres o cuatro meses, los bebés comienzan a reír, lo que demuestra que pueden reconocer la incongruencia en las acciones que se desvían de la norma. La risa fomenta las interacciones recíprocas con los demás, lo que promueve el desarrollo social. De seis a doce meses, los bebés pueden comenzar a expresar emociones, como miedo, disgusto, enojo y tristeza, lo que indica a los cuidadores que están experimentando incomodidad o desagrado y necesitan atención. Los bebés responderán a sus emociones en la medida en que sus cuidadores respondan y luego aprendan de sus señales faciales emocionales.3

Durante el segundo año de un niño, los niños pequeños comienzan a expresar vergüenza, vergüenza y orgullo, que son emociones aprendidas en función de su cultura. A medida que adquieren el lenguaje y aprenden a verbalizar sus sentimientos, pueden expresar sus emociones de afecto, angustia, dolor y fatiga. La capacidad de reconocer y etiquetar las emociones y luego de controlar la expresión emocional de maneras que sean consistentes con las expectativas culturales se llama regulación de las emociones. Los niños aprenden a autorregular sus emociones para poder hacer frente a situaciones difíciles. Por lo general, a la edad de dos años, los niños también comienzan a adquirir la compleja respuesta emocional de la empatía al leer las señales emocionales de los demás y comprender sus perspectivas.4

A la edad de tres años, los niños comienzan a comprender las reglas de la sociedad con respecto a la expresión apropiada de las emociones. Los cuidadores les enseñan que las expresiones de ira y agresión deben controlarse en presencia de adultos, pero es menos probable que supriman el comportamiento emocional negativo alrededor de sus compañeros. Esta diferencia es el resultado de diferentes consecuencias de su comportamiento con adultos o con compañeros.5

Los niños adquieren la capacidad de alterar sus expresiones emocionales alrededor de los cuatro años de edad. Pueden mostrar expresiones externas que no coinciden con sus sentimientos internos, como agradecer a un donante de regalos cuando el regalo no es del agrado de los demás. Esta habilidad requiere habilidades complejas de comprender la necesidad de alterar su expresión, darse cuenta de la percepción de otro, saber que su expresión no necesita coincidir con sus sentimientos reales, y tener la motivación y el control para enmascarar sus verdaderos sentimientos de manera convincente.6

Los niños de siete a once años muestran una variedad más amplia de habilidades de autorregulación. Los factores que influyen en sus decisiones de manejo de emociones incluyen el tipo de emoción experimentada, así como la relación, la edad y el género de la persona involucrada. Los niños desarrollan un conjunto de expectativas de los resultados que recibirán de diferentes personas. Los padres pueden manejar algunas emociones mejor que sus compañeros, que pueden menospreciarlos o burlarse de ellos.7

A medida que los niños en edad escolar lidian con sus emociones y las personas involucradas con ellas, desarrollan habilidades sociales. En función de cómo perciben que se comparan con sus compañeros, desarrollan confianza y son competentes en habilidades útiles o se sienten inferiores y sin éxito.8 Su autoestima está influenciada por cómo sienten que los demás los ven. Si su desempeño no coincide con sus aspiraciones personales, es probable que se sientan inferiores e inadecuados. Las afecciones que amenazan con exponer sus deficiencias pueden causar ansiedad. Si los niños creen en sí mismos y en sus habilidades, pueden tener un concepto positivo y estable de sí mismos.9

Durante el juego, los niños aumentan su madurez emocional y competencia social al interactuar con otros niños. El juego ayuda a los niños a practicar sus habilidades de comunicación mientras negocian roles y aprecian los sentimientos de los demás. Aprenden a compartir, a esperar su turno y a manejar conflictos mientras juegan con otros. El juego también permite a los niños expresar y hacer frente a sus sentimientos a través del juego de fantasía, que les permite pensar en voz alta sobre sus experiencias y sentimientos.10

  • 1. Hearron, P. F. y V. Hildebrand. «Desarrollo Socioemocional.»Education.com. <http://www.education.com/reference/article/social-emotional-development-2/> 18 Nov. 2010.
  • 2. Frost, J. L., Wortham, S. C., and S. Reifel. «Características del Desarrollo Socioemocional.»Education.com. <http://www.education.com/reference/article/characteristics-social-emotional-development/> 18 Nov. 2010.
  • 3. «Desarrollo Emocional.»faqs.org. <http://www.faqs.org/heatlh/topics/27/Emotional-development.html> 18 Nov. 2010.
  • 4. Ibíd.
  • 5. Ibíd.
  • 6. Ibíd.
  • 7. Ibíd.
  • 8. Frost, Joe L., Sue Wortham, Stuart Reifel. Juego y Desarrollo Infantil. Upper Saddle River, Nueva Jersey: Prentice-Hall, Inc., 2001. p. 232.
  • 9. Gallahue, David L. y Frances Cleland Donnelly. Educación Física del Desarrollo para Todos los Niños. 4th ed. Champaign, IL: Cinética humana. 2003. p. 122.
  • 10. Isenberg, J. P. and M. R. Jalongo. «¿ Qué es el Juego Importante? Desarrollo Social y Emocional, Desarrollo Físico, Desarrollo Creativo.»Education.com. <http://www.education.com/reference/article/importance-play—social-emotional/> 18 Nov. 2010.

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