Los cirujanos pueden usar una variedad de enfoques para reconstruir tejidos blandos, incluidos injertos de piel, colgajos locales o libres, o injertos de nervios.
Injertos de piel
Los cirujanos reconstructivos pueden reparar tejidos blandos en partes de la lengua, el revestimiento de la boca y los labios utilizando una porción de piel llamada injerto. Los injertos se pueden tomar del abdomen o de la pierna y se utilizan para reparar pequeñas porciones de la mucosa, que es el revestimiento de la boca.
Tejido con colgajo
A veces, las áreas más grandes de tejido blando que se extraen de la cavidad oral se pueden reemplazar con una porción de tejido sano llamada colgajo. Este tejido puede consistir en piel, músculo y grasa.
Los colgajos a menudo se pueden mover desde áreas cercanas, como el cuero cabelludo, la mejilla, la frente, el cuello o el pecho, sin desconectar los vasos sanguíneos que «alimentan» el colgajo.
El tejido del colgajo también se puede tomar de una parte distante del cuerpo. Este tejido se llama colgajo libre. Los médicos utilizan una cirugía microvascular para cortar los vasos sanguíneos adheridos para extraer el colgajo y volver a colocarlo en el lugar de la reparación.
Poder usar un colgajo libre desde una parte distante del cuerpo le da a los cirujanos más opciones para seleccionar el tejido que mejor se adapte al sitio de reparación en la cavidad oral. La selección cuidadosa del tejido puede ayudar a restaurar la función.
Por ejemplo, los médicos pueden extirpar la piel del antebrazo y el tejido blando subyacente para reemplazar una parte faltante de la lengua y ayudar con el habla y la deglución.
Injertos de nervios
Los médicos pueden usar injertos de nervios, en los que extraen un nervio de algún lugar del cuerpo donde su ausencia no se nota, para restaurar la sensación y el movimiento en la lengua y los labios. Esto permite hablar y tragar correctamente.