Cápsula renal, vaina membranosa delgada que cubre la superficie externa de cada riñón. La cápsula está compuesta de fibras duras, principalmente colágeno y elastina (proteínas fibrosas), que ayudan a sostener la masa renal y protegen el tejido vital de lesiones. El número de fibras musculares elásticas y lisas que se encuentran en la cápsula tiende a aumentar con la edad del individuo. La cápsula recibe su suministro de sangre en última instancia de las arterias interlobares, pequeños vasos que se ramifican desde las arterias renales principales; estos vasos viajan a través de la corteza del riñón y terminan en la cápsula. El grosor máximo de la membrana suele ser de 2 a 3 milímetros (0,08–0,12 pulgadas). La cápsula rodea las paredes externas y entra en una región hueca del riñón conocida como seno. El seno contiene los conductos principales que transportan la orina y las arterias y venas que suministran nutrientes y oxígeno al tejido. La cápsula se conecta a estas estructuras dentro del seno y recubre la pared del seno.
En una persona normal, la cápsula es de color púrpura rojizo claro, translúcida, lisa y brillante; por lo general, se puede quitar fácilmente del resto del tejido del riñón. Un riñón enfermo envía con frecuencia conexiones fibrosas desde el cuerpo principal del tejido a la cápsula, lo que hace que la cápsula se adhiera con mayor fuerza. La dificultad para extraer una cápsula se observa en la autopsia como una indicación de que el riñón estaba enfermo.