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La enfermedad de Parkinson (EP) es un trastorno del sistema nervioso central en el que se deteriora la región del cerebro que controla el movimiento. Este deterioro neuronal resulta en una disminución de los niveles de dopamina, la sustancia química cerebral que controla el movimiento coordinado.

La dopamina juega un papel importante en una variedad de funciones mentales y físicas, incluyendo:

  • Movimiento voluntario
  • Cognición
  • Estado de ánimo
  • Memoria
  • Comportamiento general

El parkinson afecta ahora a aproximadamente 1,5 millones de personas solo en los Estados Unidos, con síntomas primarios como temblores corporales, movimientos lentos, extremidades rígidas, memoria reducida, marcha arrastrada y problemas del habla. Así que tenemos que preguntarnos:

¿Qué Causa la Enfermedad de Parkinson y Cómo La Prevenimos?

Actualmente no hay una cura conocida, y no se entiende completamente qué causa la caída en dopamina; sin embargo, sabemos que el envejecimiento es el factor de riesgo más importante para la EP, ya que la inflamación y el estrés contribuyen al daño celular. Y ahora sabemos lo suficiente sobre la enfermedad para entender las medidas preventivas que contrarrestan el envejecimiento y la muerte de las neuronas atacadas.

Debido a que no existe una cura conocida, es fundamental que prevengamos la enfermedad antes de que surjan los síntomas. Por supuesto, gracias a los avances recientes en los procedimientos quirúrgicos modernos, hay algunas cirugías seguras que pueden mitigar algunos de los síntomas más graves asociados con la EP. La más común ahora es la estimulación cerebral profunda, en la que implantan un electrodo en el cerebro que puede detener algunos de los síntomas más graves del Parkinson.

Pero este artículo tratará de evitar que llegue a ese punto. Cuantos menos medicamentos y cirugía podamos tener en nuestras vidas, mejor.

7 Maneras de Prevenir la Enfermedad de Parkinson

#1: Hágase Orgánico (y Local)

Los pesticidas y herbicidas han estado fuertemente implicados en la causa del Parkinson. Los investigadores han encontrado altos niveles de pesticidas/herbicidas en los cerebros de los enfermos de Parkinson, en comparación con aquellos con niveles regulares de dopamina. Además, los trabajadores agrícolas que se encuentran expuestos a estos pesticidas tienen tasas significativamente más altas de DP que el público en general.

Pero si bien lo orgánico es generalmente una apuesta más segura que lo convencional, todavía hay algunos pesticidas y herbicidas que los agricultores pueden usar legalmente en sus cultivos mientras se aferran a esa etiqueta orgánica. Esta es la razón por la que conocer el origen de los alimentos es más importante que nunca, así que conozca a sus agricultores locales, únase a los programas agrícolas respaldados por la comunidad (CSA) o inicie su propio huerto, el mejor tipo de local.

Además, si le preocupa su huella de carbono, tenga esto en cuenta: El producto alimenticio promedio se envía 1,500 millas antes de que se encuentre en un estante de supermercado. Eso es mucho combustible para entregar lo que puede encontrar en su patio trasero o a la vuelta de la esquina.

#2: Coma Verduras frescas y crudas

Si necesita más razones para comer sus verduras, esta debe ser la clave. Los estudios muestran que el aumento de las cantidades de ácido fólico de vitamina B, que se encuentra principalmente en las verduras, puede reducir significativamente el riesgo de Parkinson.

Las mejores fuentes de ácido fólico son simultáneamente algunos de los alimentos más saludables del planeta, a saber, verduras de color verde oscuro como el brócoli, la espinaca, la berza, las coles de bruselas, los espárragos y la okra, ¡todos los cuales se pueden cultivar en su patio trasero! Esta vitamina B también se puede encontrar en aguacate, legumbres y lentejas.

#3: Incorporar Ácidos grasos Omega-3 En Su Dieta

El Parkinson es de naturaleza inflamatoria, por lo que los investigadores han dedicado gran parte de su tiempo a explorar los efectos antiinflamatorios de los ácidos grasos omega-3 en la enfermedad. Los ácidos grasos Omega-3 están fuertemente implicados en la prevención de la degeneración celular y la muerte, y sus beneficios van mucho más allá de la prevención del Parkinson.

Un estudio de 2008 en Canadá prácticamente demostró la eficacia de las grasas omega-3 en la prevención del Parkinson. Los investigadores del estudio administraron suplementos de omega-3 a un grupo de ratones durante 10 meses y mantuvieron a un grupo de ratones como control antes de inyectarles una sustancia química que causaría DP.

Los resultados? El grupo de control experimentó una fuerte disminución en los niveles de dopamina, mientras que el grupo que recibió suplementos de omega-3 no experimentó una disminución en los niveles de dopamina y no mostró signos de Parkinson.

Los omega-3 tienen los beneficios adicionales de equilibrar los niveles de colesterol, aumentar la inmunidad y mejorar la salud cardiovascular. Sus fuentes principales de este ácido graso son el pescado capturado en la naturaleza (especialmente la caballa, el salmón y el bacalao), los huevos de pastoreo y las nueces.

#4: Vitamina D3

La vitamina D proviene de solo dos fuentes:

  • Luz solar: Con la ayuda del colesterol y las vitaminas, la vitamina D se modifica químicamente y se absorbe en el torrente sanguíneo.
  • Grasa animal: Comer grasa animal de animales sanos que son silvestres o alimentados con pasto es una fuente principal de vitamina D.

Sin suficiente vitamina D, no puede absorber las cantidades de calcio o fósforo que su cuerpo necesita para funcionar correctamente, lo que resulta en una serie de efectos negativos que se vuelven más frecuentes a medida que envejecemos.

Los investigadores han encontrado que alrededor del 70 por ciento de los pacientes de Parkinson no tratados tempranamente tienen niveles bajos de vitamina D; identificar esta estadística como una correlación fuerte sería un eufemismo.

Otros beneficios de la vitamina D:

  • Ayuda a aumentar la inmunidad
  • Mejora la salud ósea y previene la osteoporosis
  • Necesario para la absorción de minerales en el cuerpo
  • Protege contra la demencia
  • Protege contra el cáncer
  • Aumenta la energía y el estado de ánimo

#5: Té Verde

Las propiedades antioxidantes inherentes del té verde son bien conocidas, y los beneficios de esta sabrosa bebida parecen ser ilimitados:

  • Antiinflamatorio
  • Rico en nutrientes
  • Reduce el riesgo de cáncer
  • Aumenta la capacidad de quemar grasa
  • Mejora la función cerebral

Múltiples estudios han demostrado que ciertos compuestos del té verde tienen innumerables beneficios protectores en la red neuronal del cerebro. También se ha demostrado que el té verde mantiene los niveles de dopamina en el tejido cerebral enfermo, reduciendo la gravedad de los síntomas de Parkinson para aquellos que ya han sido diagnosticados.

Al comprar té verde, es importante elegir una marca de mayor calidad, ya que algunas de las marcas de menor calidad contienen niveles excesivos de fluoruro, que se ha demostrado que tienen efectos degenerativos en la función cerebral.

#6: Ejercicio aeróbico regular

Además de los beneficios físicos como el aumento de la capacidad pulmonar, la densidad ósea y la longevidad general, el ejercicio tiene un impacto claro en la salud cerebral. El ejercicio aeróbico regular reduce la inflamación en el cerebro, ayudando a contrarrestar las señales inflamatorias que conducen al desarrollo del Parkinson.

Un estudio realizado en la Universidad de Illinois en 2011 mostró claramente cómo el ejercicio aeróbico modesto pero regular puede mejorar nuestra salud cognitiva general. Los adultos mayores que participaron en el estudio realizaron caminatas de 40 minutos tres días a la semana en el transcurso de un año. Solo en ese año, los participantes vieron un aumento del dos por ciento en el tamaño de su hipocampo, el área del cerebro involucrada en la memoria y el aprendizaje. En contraste, sin ejercicio, los adultos mayores pueden esperar ver una disminución en el tamaño de su hipocampo en aproximadamente uno o dos por ciento cada año.

Dado el efecto degenerativo del Parkinson en la función cognitiva y la memoria, no se puede exagerar la importancia del ejercicio regular.

#7: CoQ10

La CoQ10 es una coenzima que se encuentra en el cuerpo de la mayoría de los animales, incluido el suyo. Sus células lo usan para producir la energía para un mayor crecimiento y mantenimiento celular, funcionando como un antioxidante y protegiendo a esas mismas células del daño causado por los radicales libres.

Se ha demostrado que las deficiencias de CoQ10 contribuyen a afecciones neurodegenerativas relacionadas con la edad, como el Alzheimer y el Parkinson, y se ha demostrado que los pacientes con EP tienen niveles bajos de esta coenzima crucial en sus plaquetas, plasma y regiones vitales del cerebro. Una variedad de estudios han demostrado que la suplementación con CoQ10 puede retardar el deterioro progresivo del Parkinson y prevenir la pérdida de dopamina.

La CoQ10 se encuentra en abundancia en carnes de órganos como el hígado, los riñones y el corazón, así como en carne de res alimentada con pasto y pescado capturado en la naturaleza. Algunas verduras, como la espinaca, el brócoli y la coliflor, contienen CoQ10, pero nada parecido a las cantidades que se encuentran en las carnes de órganos.

La CoQ10 debe consumirse junto con grasas saludables para permitir la absorción de la coenzima, lo que hace que el consumo de carnes de órganos, con alto contenido de grasas saludables, sea una obviedad. También se puede consumir como suplemento dietético.

En resumen: Reduzca el estrés

Lo más importante que podemos hacer por nuestra salud a largo plazo, tanto física como cognitiva, es reducir el estrés en nuestro cuerpo. Todo el estrés – físico, emocional y químico – causa inflamación y daño a largo plazo en todo el cuerpo.

Ya sea que esté buscando técnicas de prevención del Parkinson o formas de aliviar los síntomas, cualquiera de las prácticas dietéticas y de estilo de vida anteriores puede tener beneficios para la salud a largo plazo. Beber té verde, comer verduras orgánicas locales y hacer ejercicio aeróbico regular reducen significativamente el daño acumulado a largo plazo causado por el estrés.

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