Los ataques de estremecimiento se reconocen como un trastorno benigno poco común que ocurre durante la infancia o la primera infancia. Es necesario distinguir estos episodios de las crisis epilépticas. Los ataques parecen implicar movimientos temblorosos que ocurren diariamente durante varios segundos sin deterioro de la conciencia. De acuerdo con los criterios para el mioclono benigno de la primera infancia, tanto los ataques de estremecimiento como el mioclono benigno de la primera infancia deben considerarse que tienen la misma entidad nosológica. Estudié la fisiopatología de los ataques de estremecimiento en cuatro niños de entre 8 y 14 meses de edad utilizando un sistema de monitoreo video-electroencefalográfico. En un paciente, la frecuencia de los movimientos estremecedores, que se leía como contaminación de la electromiografía en la electroencefalografía durante los ataques, parecía ser casi la misma que la del temblor esencial. Los ataques estremecedores han disminuido en número o han desaparecido en los cuatro pacientes, pero uno exhibió anomalías leves en las imágenes por resonancia magnética y tenía familiares con epilepsia, y otro tenía una sella turca aplanada. Aunque informes anteriores sugieren que estos movimientos son benignos y se deben evitar investigaciones innecesarias, un problema relacionado con el desarrollo del sistema nervioso puede estar presente en niños con ataques estremecedores.
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