Para Aristóteles, la amistad es una virtud o algo acompañado de virtud. El concepto de amistad en los autores clásicos requiere una clarificación del término designado a la amistad, philia, que no es un equivalente al que actualmente se entiende por relaciones de amistad. Por philia, Aristóteles entiende, en función del contexto y las circunstancias en su Ética nicomáquea:
«Jóvenes amantes (1156b2), amigos de toda la vida (1156b12), ciudades entre sí (1157a26), contactos políticos o de negocios (1158a28), padres e hijos (1158b20), compañeros de viaje y compañeros de combate (1159b28), miembros del misma sociedad religiosa (1160a19), o de la misma tribu (1161b14), un zapatero y la persona que le compra (1163b35)”
Todas estas relaciones diferentes implican llevarse bien con alguien, aunque Aristóteles a veces implica que se requiere algo más parecido al gusto real. Cuando habla sobre el carácter o la disposición que cae entre obsequios o halagos por un lado, y seguridad o peleas por el otro, dice que este estado:
«Ningún nombre se ha dado a este modo de ser, pero se parece, sobre todo, a la amistad (philia). En efecto, si añadimos el cariño al hombre que tiene este modo de ser intermedio, tendremos lo que llamamos un buen amigo». (1126b21)
Este pasaje también indica que, aunque sea amplio, la noción de philia debe ser mutua y, por lo tanto, excluye las relaciones con objetos inanimados (1155b27–31). En su Retórica , Aristóteles define la actividad involucrada en la philia (τὸ φιλεῖν) como:
«querer por alguien lo que uno piensa que es bueno, por su bien y no por el propio, y estar inclinado, en la medida de lo posible, a hacer tales cosas por él» (1380b36–1381a2)
En cuanto a los esclavos, no obstante, hay una leve modificación con la cuestión de si es posible ser amigo de un esclavo:
«No hay nada de común entre ambas partes; el esclavo es un instrumento vivo; como esclavo no se puede ser, pues, amigo suyo. Pero como hombre se puede; porque parece ser de cierta justicia entre un hombre y otro el que ambos participen de un sistema de ley o sean parte de un contrato; por consiguiente, puede también existir amistad con él en cuanto es hombre» (1161 b).
En el libro IV de la Ética nicomáquea convierte en una virtud social («amabilidad») entre el exceso de la adulación y el defecto de ser pendenciero y descontentadizo. Después de inclusir la philia entre las virtudes éticas, retoma la cuestión y le dedica dos libros enteros: el VIII y el IX.La amistad es uno de los bienes más valiosos entre los objetivos del hombre virtuoso, un bien sin el cual será imposible alcanzar la felicidad de una vida plena.
«…la amistad: es, en efecto, una virtud, o va acompañada de virtud, y, además, es lo más necesario para la vida. Sin amigos nadie querría vivir, aun cuando poseyera todos los demás bienes; hasta los ricos y los que tienen cargos y poder parecen tener necesidad sobre todo de amigos; porque ¿de qué sirve esa clase de prosperidad si se la priva de la facultad de hacerlo bien, que se ejerce preferentemente y del modo más laudable respecto de los amigos?”Ética nicomáquea, 1155a 1–10
Aristóteles hace una clasificación propia de amistades:
- La amistad de utilidad, basada en la obtención de algo que nos resulta beneficioso por parte del amigo.
- La amistad basada en el placer, basada en la obtención de placer mutuo y que Aristóteles atribuye especialmente a la gente joven.
- La amistad virtuosa, que es en la amistad perfecta, porque reúne a aquellos iguales que son buenos y que destacan en virtud. Se comparte una apreciación de lo bueno y virtuoso de la vida y no se tiene una razón de sacar provecho.